Hoy en día, los consumidores tenemos una serie de derechos en el ámbito del consumo amparados en la normativa europea, y más concretamente, en el artículo 8 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre. Se considera una persona consumidora a todas aquellas personas físicas o jurídicas que compran un producto o contratan un servicio, en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional. En este artículo veremos el detalle de los seis principales derechos de los consumidores.
Tabla de contenidos
El derecho a la protección de la salud y la seguridad
Los productos y servicios destinados a los consumidores no pueden comportar riesgos para su salud ni para su seguridad. La normativa define a un producto como seguro cuando en condiciones normales de uso no presenta ningún riesgo para la salud y la seguridad del consumidor. Si no realizas un uso fraudulento del producto, este debe ser completamente seguro.
Algunos productos pueden comportar ciertos riesgos para un segmento de la población (menores de 3 años) o para algunas prácticas muy concretas (por ejemplo, no se puede sumergir dentro del agua). En estos casos, el vendedor tiene la obligación de informar claramente en el envase del producto el riesgo asociado para que el consumidor pueda actuar correctamente y no ponerse en riesgo.
Cuando tienes alguna duda sobre la seguridad de un producto, debes informar inmediatamente a la empresa vendedora o a la marca. Si esta no atiende a tus peticiones, entonces debes contactar con las organizaciones de consumo pertinentes para que estas puedan evaluar el producto. Si ellas detectan alguna irregularidad, actuarán en consecuencia aplicando diferentes acciones que pueden llegar, en los casos más graves, a la retirada del producto del mercado.
El derecho a la protección de los intereses económicos y sociales
El vendedor de un producto debe facilitarte una copia del contrato de compraventa con las condiciones o cláusulas sobre la garantía, las devoluciones, el desistimiento o cómo interponer una reclamación en el caso de una avería o un desperfecto en el producto.
En una compra online, normalmente durante el proceso de compra, hay el famoso apartado de Términos y condiciones de uso. Ese es nuestro contrato de compraventa. Y, aunque sea farragoso de leer, nos puede evitar más de un disgusto. Así que desde Resolvier, os recomendamos su lectura.
El derecho a la indemnización y reparación de daños
Tal como hemos explicado en otro artículo de nuestro blog sobre la garantía legal, cualquier producto comprado a partir del 1 de enero de 2022 tiene una garantía mínima de tres años por ley. Es otro de los principales derechos de los consumidores. Si un producto o servicio no cumple con una serie de requisitos mínimos establecidos por ley, se considera una falta de conformidad. Es decir, el producto o servicio no cumple con lo establecido en el contrato de compraventa. Ejemplo: un robot limpiador autónomo que no sale de la base solo.
Una vez producida la falta de conformidad, tienes derecho a activar la garantía y reclamar, normalmente por este orden, una reparación, una reducción del precio o un reembolso del dinero. Y, además, tienes el derecho a solicitar una indemnización por los daños y perjuicios ocasionados. Por ejemplo, si un producto se ha incendiado y te ha causado alguna quemadura, aunque sea muy leve, puedes pedir esa indemnización por el daño sufrido.
El vendedor únicamente se puede negar a reparar o sustituir el producto o servicio en el caso de que le suponga un coste desproporcionado.
El derecho a la protección jurídica, administrativa y técnica
Las administraciones públicas deben facilitar a los consumidores las herramientas, entidades y procedimientos necesarios para la resolución por la vía extrajudicial para solucionar cualquier conflicto en el ámbito del consumo. Algunas de ellas son la oficina de consumo o la Junta Arbitral de tu municipio, provincia o comunidad autónoma.
Además, las administraciones también poseen las herramientas por ley, para sancionar a cualquier empresa que vulnere los derechos de los consumidores.
El derecho a la información, la educación y la formación
Tienes derecho a recibir una información correcta, objetiva, cierta, eficaz, comprensible y suficiente de todos los productos y servicios que puedes comprar en el mercado. Por ejemplo: si un producto puede ser tóxico al ingerirlo o inflamable si está sometido a altas temperaturas.
También tienes el derecho a la educación y divulgación para facilitar el conocimiento sobre el adecuado uso, consumo o disfrute de los productos y servicios, así como la toma de decisiones óptimas para sus intereses.
El derecho a la representación, la consulta y la participación
Concretamente a la representación mediante las diferentes organizaciones, asociaciones y otras agrupaciones de consumo que se encargan de proteger y asesorar a los consumidores.
Cuando tienes un problema, un incidente o alguna duda con un producto o servicio, debes acudir a ellas para consultar u obtener asesoramiento de los pasos a realizar para defender tus derechos como consumidor.
Defendiendo los derechos de los consumidores
En definitiva, esta normativa te ofrece las herramientas necesarias para defender tus derechos como consumidor ante cualquier vulneración por parte del vendedor. Empoderarte como consumidor es el primer paso. Y si tú no eres capaz, Resolvier te asesorará sin ningún coste para ti.